Rocío despertó con [[frío]] en los pies. Por algún lugar del [[auto]] se colaba una brisa que le daba directamente en los tobillos a quien se sentaba en el asiento del acompañante. Reacomodó la frazada varias veces, pero siempre terminaba con alguna parte del cuerpo expuesta. Mientras ella intentaba dormir, su amiga Gabriela manejaba. Parecía estar en la frontera exacta entre concentrada e increíblemente [[aburrida]]. Las luces largas del auto se extendían sólo unos pocos metros más adelante que el vehículo mismo. Un filo de color blanco desvanecido, cortando la [[noche opaca]], en vano, ya que ésta se recuperaba inmediatamente después de su paso, dando la impresión de que [[el mundo]] empezaba y terminaba en el vehículo. La [[radio]] estaba apagada. Se oía únicamente el quejido ronco del motor, salvo cuando atravesaban un segmento de camino sin asfaltar, levantando una ruidosa polvareda y lluvia de pedregullo hacia los costados. Ninguna de las dos [[recordaba]] haber visto algún otro auto en varias horas. Rocío notó que Gabriela tenía los ojos un poco [[rojos]].Un Fiat 600 que, en la opinión de cualquiera, se caía tristemente a pedazos. Gabriela, sin embargo, lo adoraba, incluso en esos días de invierno cuando le costaba arrancar, y se ofendía personalmente cuando lo criticaban. [[Volver->Rutas del Interior]]-¿Dónde andamos?- preguntó Rocío. -En el medio del campo-respondió Gabriela, sin separar la vista de la ruta-. Aproximadamente. -¿Cómo que aproximadamente? -Sí, el medio del campo, sumale o restale dos o tres vacas. Definitivamente no llegamos a tres cuartos del campo todavía. -Dale, en serio, Gabi. -Ni idea. Hace rato que no veo un mojón. Hace rato que no veo nada. [[Volver->Rutas del Interior]]-¿Mucho frío?- preguntó Gabriela. -En los pies, nomás-explicó Rocío, omitiendo mencionar al querido auto de su amiga como el culpable. -Ya te prendo la calefacción. No me di cuenta que la precisabas. -Soy más friolenta, qué le voy a hacer. [[Volver->Rutas del Interior]]-Veo veo-preguntó Rocío, en un intento de mantener despierta y entretenida a Gabriela. -¿Qué ves? -Pasto. ¿Qué más voy a ver? -Sos horrenda en este juego, Ro. [[Volver->Rutas del Interior]]-El mar de la noche-soltó Gabriela, sintiéndose inspirada. -Sí. Pero por lo menos el mar no anda picado. -Recién ahora no está picado. Antes que te despertaras había [[niebla]]. -¿En serio? -Sip. -Menos mal que te tocó a vos manejar esta parte. -Claro. No vaya a ser que a la señorita le toque algo difícil-empezó a gesticular con falsa delicadeza, mientras conducía-. Lástima que no pudo traerse al mayordomo para que le maneje. -Ah, pará un poquito. Exagerada. No, es porque vos manejás mejor que yo-admitió Rocío-. En Montevideo yo nunca manejé, por ejemplo. -No es tan difícil. -Me da pánico-admitió Rocío.-¿Tenés sueño, Gabi? -Estoy bien. No te preocupes. -Si querés, cambiamos. -Nah. Dormí vos, que ya manejaste bastante-dijo, quitándose una [[lágrima]] del ojo.-¿Estás llorando? Gabriela no respondió. -Gabi... Pará el auto un poquito. -No, no. -Dale, no hay apuro. Si total, cuando lleguemos a ese pueblito vamos a tener que dormir en el auto, lo más probable. No debe haber ni hotel ahí. -Nada de eso hay-volvió a quitarse una lágrima, con el reverso de la mano-. Es re chico el pueblo. -Dale-pidió Rocío-. Frená. -No pasa nada, en serio. -¿Segura? -Me emociono un poco cuando pienso en que vamos a ver esa película-confesó Gabriela. -Me imagino. No conozco a nadie más que haya actuado en alguna. Tu abuela es genial. -Tampoco para tanto. Habrá estado dos veces en cartelera, en ese cine de Colonia, y ya está. Y fue la única vez que actuó en una peli. -Bueno, pero no era tan fácil como ahora, hacer una película. Es importante. -Supongo. Pero me emociona porque nunca la vi actuar a mi abuela. -¿No? Rocío sabía lo apegada que era a su abuela y esa revelación la sorprendió. -Toda la vida fue actriz, pero dejó cuando yo era muy chica, cinco o seis años tendría, y nunca tuve la oportunidad de verla en el teatro. -No llores, Gabi. O [[pará]] y llorás tranquila, porque si no, nos vas a matar a las dos. Con eso último, Rocío logró robarle una [[sonrisa]].El auto no aminoró. -Ya me siento mejor. -Bueno. -Gracias, Ro. Por acompañarme. Por bancarme siempre. -Eso no se agradece. Se devuelve con gestos. Gestos como no chocar con una vaca. -Lo voy a tener en cuenta-dijo Gabriela, sonriendo un poco entre lágrimas. -Además, tu abuela no querría que llores tanto. -Cierto. "Un poco está bien, pero no da para angustiarse toda la vida"-dijo Gabriela, imitando el tono de su abuela-. Y lo decía cada vez que pasaba una cosa así. Te conté, ¿no? -Sí, claro. La oí decirlo, también, alguna vez. -Me olvido a veces de quiénes la conocieron y quiénes no. Y no es lo único que me estoy olvidando de ella. [[Fin->"Rutas del Interior"]]Gabriela estacionó el auto sobre la banquina, encendió las luces parpadeantes, y rompió en llanto. -La extraño mucho. -Sí, ya sé-le dijo Rocío, envolviéndola en un abrazo. -Ya está, ahora me quedé sin abuelos. ¿Entendés, Ro? -A mí me queda una sola, y vive en España. Dos veces la vi en mi vida. Así que andamos más o menos igual. -Supongo. Gabriela intentó limpiarse las lágrimas varias veces, en vano. Inmediatamente, una lágrima nueva tomaba el lugar de la anterior en sus mejillas, rojas de tristeza y de frío. -Tenemos que llegar. -No hay apuro, Gabi. -Me da la sensación de que si me apuro, si llego antes... no sé, que quizás eso aumente la probabilidad de que ese rollo siga estando en ese cine. Lo que queda de ese cine. -No va a hacer la diferencia, lo sabés. -Sí. Pero es una sensación que tengo. Rocío buscó en su mochila hasta encontrar un paquete de pañuelos, y le dio uno. -Vas a ver que está. Si el dueño del cine dijo que guardó esa película, entonces tiene que estar sí o sí. -Capáz que me dejé llevar demasiado por esta idea y me estoy haciendo la cabeza. -Hasta que la veamos, no vamos a saber, Gabi. Tranquila, la película va a estar, y la vamos a ver, juntas. -Gracias, Ro. [[Fin->"Rutas del Interior"]]Afuera, la noche sin luna pero [[estrellada]] avanzaba lenta y tranquila. La melancolía colgaba gruesa en el aire, inundando el pecho. -Las noches así, frías, de luna nueva-dijo Rocío, con la mirada [[perdida]] en el cielo-. ¿Sabés a qué me hacen acordar? -¿A qué?-¿Para qué habré hablado?- dijo Gabriela por lo bajo al ver lo que se acercaba. Un banco de niebla espesa la obligó a desacelerar y encender el limpia parabrisas. -Odio la niebla cuando manejo-dijo Rocío luego de un rato en silencio-. Pero cuando no, es preciosa. Gabriela frunció el ceño. El camino se las estaba ingeniando para poner curvas en las partes de niebla más densa. -¿Por? -No sé... Hay algo romántico en no saber qué hay adelante. Una metáfora super literal sobre el futuro, capáz. -Podés perderte, también. Terminar en cualquier lugar. -Eso no es necesariamente malo, creo yo-dijo Rocío, volviendo a taparse para seguir durmiendo. [[Fin->"Rutas del Interior"]]-A la fiesta aquella, ¿te acordás? Que tuvimos en la casa enorme, con piscina y yo que sé-respondió Ro. -Sí, me acuerdo. No sé de quién era la casa, al final. -Yo tampoco. Pasaron un rato en [[silencio]], tratando de recordar lo máximo posible sobre esa noche, nueve años atrás. Los detalles se volvían [[esquivos]] con el tiempo. -Vos no estabas cuando ese muchacho colapsó, ¿no?- preguntó Rocío.-No-respondió Gabriela, intentando recordar cómo se había enterado del infortunio-. No, no. Yo estaba en el sótano en ese momento. ¿Te acordás de aquel morocho, alto, que era un año mayor que nosotras en el liceo? -Sí-intentó hacer memoria Rocío-. Creo que sí. Juancho, Juanjo, algo de eso. -Juanco. -Ahí va. ¿Por qué le decían así? -Nunca me enteré porque le decían Juanco. -Se llamaría...-Rocío hizo una pausa, intentando adivinar-. Juan Cobalto, me imagino. -Ni idea. En fin, el tema es que, a mí me gustaba, vos sabés. -Muchos te gustaban, Gabi. Sos demasiado romanticona. -Tampoco para echármelo en cara así, nena. Como te venía contando, yo estaba en el sótano, con él. -¡Opa! Esto no lo oí nunca. ¿Qué hicieron? -Bueno...-Gabriela pausó un segundo para ponerle misterio, y luego añadió-. Nada. -¡Ahh, dale! -En serio, nada. Resulta que era un gil. -Pero, ¿te hizo algo? -No, no, nada que ver-dijo, disipando la preocupación de Rocío-. Estábamos los dos charlando, y en un momento me dijo que era linda, y me acerqué para besarlo. -¿Y? -Se había dormido. Gabriela hizo un esfuerzo por contener la risa, pero Rocío no. -Hablame en serio, Gabi. -Es en serio, te juro. -Pero lo triste es que luego me enteré que tenía fama de hacer eso. O sea, no específicamente eso, pero sí de emborracharse hasta casi llegar al coma. -Dios...-dijo Rocío por lo bajo, indecisa entre la risa y la lástima. [[Fin->"Rutas del Interior"]]-No. ¿Vos lo conocías? -No-dijo Rocío, aunque aún considerando la pregunta-. No mucho. Gabriela quedó expectante a que elaborara más sobre la situación, pero Rocío enmudeció y bajó la mirada. -Perdoname, pensé que querrías hablar de eso, como sacaste el tema-se disculpó-. No me di cuenta que te pondría así tan sensible el tema. Como yo no lo vi, ni lo conocía, no me afectó mucho. -Yo-comenzó a hablar Rocío, lento y pausado-, yo sí lo vi. -Nunca me dijiste. -No. -Me acuerdo que yo estaba en el sótano de la casa y cuando salí, [[no te encontré]] por ningún lado. Rocío le esquivaba la mirada, tratando de adivinar en la oscuridad alguna forma reconocible que la distrayera y alejara de la conversación. -¿[[Dónde fuiste]]?-Me fui. Y ya está-respondió Rocío, tratando de cuidar su tono para no ofenderla, pero mantniéndose cortante-. No hablemos más del tema. Hice mal en mencionarlo. -Perdón. -No pasa nada. Voy a seguir durmiendo. Rocío volvió a taparse, mirando en dirección opuesta. Y se durmió. [[Fin->"Rutas del Interior"]]Rocío dudó en contestar, y luego cedió. -Me fui de ahí, pero sinceramente, no me acuerdo cómo. -¿Tanto habías tomado? -Tomé poco esa noche-recordó Rocío-. Sinceramente, debo haber entrado en shock. -Hubo mucha conmoción esa noche, Ro. No debes ser la única que quedó impresionada cuando se desplomó el muchacho. -Supongo. Pero yo estaba hablando con él, cuando le pasó. Gabriela bajó la velocidad bruscamente, y estacionó sobre la banquina. Se sacó el cinturón de seguridad para sentarse de costado, mirándola de frente. Rocío tenía los ojos llorosos. Eran lágrimas de frustración más que de tristeza. -Lo vi. Pero no me acuerdo de haberlo visto. No me acuerdo de nada. Me enteré después. Dos o tres días más tarde, cuando la gente empezó a preguntarme cómo estaba yo. No tenía ni idea de lo que me estaban hablando. Rocío vió la expresión de Gabriela pasar de sorpresa a preocupación. -Tranqui, Gabi. Estoy bien. -No suena bien. ¿Fuiste a un psicólogo o algo? -No tengo tiempo, la verdad. Ni plata. -Creo que por la mutualista podés, sin pagar extra. Creo. -Fue hace tiempo, igual. Y si no me acuerdo, no me cambia nada. -Ro, eso sigue en tu subconsciente. -Yo qué sé. No sé si creo demasiado en esas cosas. No da para preocuparse tanto, en serio. -Si vos decís... Gabriela arrancó el auto nuevamente, y continuaron su viaje. [[Fin->"Rutas del Interior"]]Rocío respiró profundo, como tomando impulso antes de hablar. -Cuando íbamos para el interior con mis padres y mi hermano, a ver a mis abuelos, o de vacaciones, y volvíamos de noche, tarde. A mí me parecía tarde, por lo menos. Yo tendría entre 5 y 8, capáz que 9 años. Mi hermano se dormía siempre a la vuelta de los viajes. Mis padres, cansados, iban en silencio o hablando bajito. Mi madre manejando y mi padre cebando mate. La gente en los otros autos, en su propio camino. Las caras se repiten de a ratos, o desaparecen. En especial los niños. No era la única buscando a la gente de esos otros autos. Sentía, no diría una conexión especial, pero sí una complicidad, aunque fuera en algo tan chico. Y cuando me aburría de eso, o no había ningún otro auto cerca, me acostaba sobre el asiento de atrás. Mi hermano ocupaba muy poco espacio y dormía sentado en una punta, así que había espacio. Y yo, estirada en el resto del asiento, con la cabeza hacia la puerta. Si mis padres miraban hacia atrás, me hacía la dormida. Cuando no, yo miraba a través de la ventana. El cielo, sin luna y estrellado era mi favorito. Pero también me gustaba cuando la luna brillaba fuerte a través de densos nubarrones grises. Y cuando pasábamos por un largo estrecho arbolado, o debajo de un puente, o por un camino serprenteante y desorientante, intentaba imaginar por dónde íbamos, en esas rutas que conocía de memoria. Ver pasar las ramas desnudas sobre el auto, las caras adormiladas de otras personas en los autos, las nubes, las estrellas, los aviones y satélites a cientos o miles de kilómetros de altura. Extraño eso. La calidez en el pecho y ese cosquilleo en la punta de los pies que sentía al observar el mundo desde ese punto de vista tan chiquito y contenido, pero con la mirada fija en el infinito. Eran momentos donde podía sentarme a pensar en lo lindo de haber pasado las vacaciones con mi familia o un fin de semana con mis abuelos, a la vez que sabía que esos eran recuerdos recién formaditos. Que yo rogaba que me duraran toda la vida. No siempre es el caso. Pero esos rituales de la vuelta sí me quedaron grabados. Eso es una de las cosas que más extraño de mi infancia. De esas cosas que simplemente desaparecen cuando creces, que son imposibles de imitar, y te podés pasar una vida entera tratando de recapturarlas. [[Fin->"Rutas del Interior"]]-¿Vas a seguir durmiendo? -No, no creo. -Prendé la radio si querés. -¿Y agarrás algo acá? -Vamos a ver-dijo Gabi, con una pequeña sonrisa optimista. Sintonizar: [[FM 87.7]] [[FM 96.3]] [[FM 106.9]] [[AM 1230]] [[AM 1610]] [[AM 1670]]Las guitarras estridentes y ritmo trepidante de una balada rockera claramente salida de los 80s empezaron a sonar, a travéz de una densa cortina de ruido blanco. Ninguna de las dos conocía la banda, o el nombre del tema, pero sabían que la habían oído varias veces. Cambiar de emisora: [[FM 96.3]] [[FM 106.9]] [[AM 1230]] [[AM 1610]] [[AM 1670]] [[Apagar la radio->Rutas del Interior]] En esta emisora, dos hombres mayores discutían los pormenores de un partido particularmente emocionante de pelota vasca, transcurrido hace más de diez años. Ninguno de los dos esperaba que alguien los escuchara. Gabriela supuso que sería más barato dejarlos hacer el programa que contratar a un DJ decente o un sereno toda la noche. Cambiar de emisora: [[FM 87.7]] [[FM 96.3]] [[FM 106.9]] [[AM 1610]] [[AM 1670]] [[Apagar la radio->Rutas del Interior]]Una estación que recuenta los números de cabeza de ganado a venderse el fin de semana próximo en algún evento, en un hipnótico loop infinito, y una grave insistencia en remarcar si una raza era lechera o no. El loop sólo era interrumpido cada tanto para indicar el nombre de la emisora. Cambiar de emisora: [[FM 87.7]] [[FM 96.3]] [[FM 106.9]] [[AM 1230]] [[AM 1670]] [[Apagar la radio->Rutas del Interior]]Una grabación continua de un hombre despotricando contra los burócratas locales. A juzgar por la pésima calidad, y por el corto alcance, Gabriela concluyó que se trataba de una radio pirata, puesta por alguien con más de un problema con la autoridad. Cambiar de emisora: [[FM 87.7]] [[FM 106.9]] [[AM 1230]] [[AM 1610]] [[AM 1670]] [[Apagar la radio->Rutas del Interior]]La emisora se encontraba retransmitiendo en vivo un concurso de payadas, en una jineteada de otro departamento. Incluso entre las dos, fueron incapaces de desentreverar más de dos palabras seguidas del duelo de acentos interinos. Cambiar de emisora: [[FM 87.7]] [[FM 96.3]] [[FM 106.9]] [[AM 1230]] [[AM 1610]] [[Apagar la radio->Rutas del Interior]]Una repetición de un programa de debates matutino ocupaba la estación. -Y ahora que estamos hablando sobre reforma educativa-comenzó uno de los locutores-, creo que es oportuno contar esta anécdota. Aunque más de uno debe haberla escuchado ya. -Cuentenos-respondió otro, de voz más joven. -Había un chico que, a pesar de estar en la escuela, no sabía leer ni escribir. Es más, ni siquiera fue capaz de hablar hasta que cumplió los ocho años. Sus padres llegaron a pensar que podría tener algún deficit de desarrollo cognitivo. Hasta que un día, el chico se interesó por la matemática, y la física. Y resultó que era excelente en esas materias, y que podía hablar sin ningún problema. Finalmente, cuando este chico creció, ¿sabe en quién se convirtió? -Albert Eins... -¡Napoleón Bonaparte!-gritó por encima de su interlocutor-. Y ese hombre terminó por conquistar toda Europa. Así que nunca hay que juzgar a un libro por su portada. Cambiar de emisora: [[FM 87.7]] [[FM 96.3]] [[AM 1230]] [[AM 1610]] [[AM 1670]] [[Apagar la radio->Rutas del Interior]]"Rutas del Interior" por Gonzalo Salinas [[Inicio->Rutas del Interior]]